viernes, septiembre 21, 2007

LOS WAYÚU EN EL CONTEXTO DE LA INSERCION TRANSNACIONAL1

Por:

LEOPOLDO LLANEZA FADÓN

INTRODUCCIÓN

Los procesos sociales y económicos están siendo analizados desde perspectivas que tienen en la globalización un referente sistemático. Desde la perspectiva de los pueblos indígenas americanos, los nuevos procesos técnicos y de expansión de las comunicaciones ligados a la globalización económica y cultural, suponen un nuevo desafío que los equipara a un cada vez mayor conjunto de unidades espaciales sometidas al mismo procedimiento.

Cada día se utiliza más el término de globalización para indicar y explicar de una forma rápida y macroscópica la multitud de cambios y acontecimientos en los umbrales del siglo XXI. Como muchos de los términos usados profusamente, su definición resulta difícil y a veces engañosa. Tanto económicamente como culturalmente, la globalización forma parte de nuevas propuestas para el diseño de un marco de investigación y análisis.

En las bases de una nueva ola de inserción en los contextos internacionales, la globalización es la parte esencial del proceso. Y por ello en esta ponencia se quieren dar a conocer los diferentes puntos de vista existentes sobre la globalización y el impacto en las culturas amerindias, con especial mención al caso de los Wayúu en la península de La Guajira.

En la ponencia se han distinguido los siguientes apartados. En primer lugar se dedica un capitulo a la clarificación de los conceptos de globalización y a la importancia creciente que tienen las compañías transnacionales en la elaboración de estrategias de inserción de los países en vía de desarrollo del área latinoamericana y en el segundo capítulo hay una aproximación a la reestructuración que se produce como consecuencia del “impacto globalizador” en las culturas indígenas americanas.

Con ello se pretende construir un panorama en el que todos los actores estén presentes. La aproximación a la realidad económica y cultural de los pueblos de América latina, no dejará de tener en cuenta muchos de los factores que están presentes y que son necesarios para no "ocultar" determinados aspectos de la realidad indígena que tienen mucho que ver en la misma.

Para comprender mejor el fenómeno de la globalización en América Latina y como está este afectando a las culturas indígenas, se ha diseñado un marco de análisis donde se determinan aquellas características que han marcado los principales momentos históricos de encuentro de las diversas culturas indígenas con agentes foráneos, agentes foráneos que han marcado su devenir de una manera categórica. A grandes rasgos estos momentos están constituidos alrededor de tres ejes: el impacto del encuentro colonial, los cambios asociados a la expansión capitalista y por último el fenómeno de la globalización.

Una especial atención se ha prestado a los procesos de construcción y reconstrucción de las estrategias utilizadas por las culturas amerindias, para comprobar como en los momentos actuales (con el trasfondo de la globalización) y la utilización de los medios de comunicación existe una mercantilización de la “indignidad” que ha desembocado en nuevas pautas mercantiles y tal vez de autoafirmación identitaria.

I. EL IMPACTO DE LA GLOBALIZACIÓN EN LOS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA

El punto de partida para desarrollar este análisis no puede obviar los déficit tanto democráticos como de gestión que han caracterizado a los países latinoamericanos. Y esta característica es un peso adicional en el actual proceso de globalización.

A un nivel estatal la globalización ha surgido como una opción integradora en la que con un cierto grado de pragmatismo se han desarrollado dos modelos. En primer lugar existe un modelo “light” articulado en torno a zonas de libre comercio y que se contrapone a un modelo “hard” que tiene su referencia en el mercado único y la unión aduanera y comercial.

Pero la realidad parece demostrar, una vez más, la existencia de un tercer modelo. Y este modelo que ha sido denominado como de regionalismo abierto (Grandi, 1996:10) "es aquel en el que no terminan de cristalizarse la creación de los megabloques que acentúan la posición de diversas regiones periféricas".

Una de las paradojas que acompañan a la creciente regionalización, es que aparece junto a los procesos de globalización. La ampliación progresiva de las economías de escala demuestra de forma fehaciente como están limitados los mercados regionales en este nuevo proceso. Así mismo a nadie se le puede escapar otras paradojas que acompañan a este proceso de globalización. La brecha existente entre países ricos y países pobres tiende a ensancharse, mientras que el debate ideológico y cultural sobre el modelo tiende a estabilizarse, con las conocidas "recetas" económicas basadas en las posturas liberales por excelencia: mercado y promoción del libre comercio. Pero junto a estas premisas del aparato ideológico cultural del liberalismo, existen prácticas ligadas a barreras arancelarias escondidas en el bilateralismo económico y represalias en continuas guerras comerciales.

Una de las instituciones que más se han visto afectadas y puestas en entredicho es la del Estado-Nación. Hay dos movimientos que se perciben en la era de la globalización. Por una parte existe un movimiento hacia arriba, que se remite a la competitividad internacional y a la transnacionalización económica y cultural del poder político. Este movimiento adopta diversas formas tales como la supranacionalidad, la intragobernabilidad o la internacionalidad. El otro movimiento tiene tendencia hacia abajo. Apunta hacia la descentralización, transfiriendo servicios públicos esenciales a entidades de ámbito local.

Como consecuencia de estos movimientos, hay sensación de pérdida de influencia por parte de los Estados-Nación en el ámbito internacional. Últimamente las decisiones sobre producción económica y cultural, política económica y desarrollo sostenible son adoptadas en organismos que adoptan formas supranacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, O.C.D.E, G-7, O.M.C.) e incluso por instituciones más informales como la "Cumbre de la Tierra".

No puede descartarse en la globalización fenómenos que traspasan las fronteras nacionales. El narcotráfico, las corrientes migratorias y el terrorismo tienen efectos que se multiplican a escala planetaria, confundiendo lo local y lo global. Parecería que el Estado-Nación es demasiado grande para afrontar ciertas cuestiones y demasiado pequeño para resolver otras.

Por otra parte en América Latina se han construido una multitud de acuerdos establecidos casi como una telaraña, que hacen difícil concretar los objetivos estratégicos de la región. Junto al Mercosur, el Pacto Andino, el Grupo de los Tres, la ALCA, hay más de treinta acuerdos bilaterales de libre comercio e integración fronteriza. Hoy, y a la vista de estos tratados puede pensarse en la existencia cada vez más clara de dos procesos de integración. En el norte existe el TLC (identificado con una zona de libre comercio) y en el sur está Mercosur, que es una Unión Aduanera. Los dos modelos tienen sus propias reglas de juego, que entre sí son muy distintas.

La globalización tiene una referencia directa a las comunicaciones. La calidad, alcance cobertura y velocidad de las mismas forman parte del eje de desarrollo de las mismas. Sin embargo no se puede pensar que esto signifique que las comunicaciones se globalizan entre todos los habitantes del planeta. El papel fundamental que juegan las transnacionales hace que lo que realmente ocurra es un control global de las comunicaciones y una estrecha alianza entre determinados sectores económicos y culturales de diferentes países.

El rumbo que marca la internalización creciente de los capitales y de los mercados financieros, no está hoy en ninguna manera condicionado o dirigido por los Ministros de Economía, que de hecho no pueden influir de una manera determinante y constante en el valor de sus monedas nacionales.

La brecha de las comunicaciones se va ahondando. Las líneas telefónicas existentes en Manhattan superan las de toda el África subsahariana. Los países en vías de desarrollo con cerca del 75% de la población mundial, sólo publican un 30% de los periódicos existentes en el planeta. El lector del dominical del "New York Times" tiene a su disposición más páginas que un africano en todo un año. Y más de la mitad de la población mundial no ha realizado jamás una llamada de teléfono. Díez países del Norte tienen cerca de las 3/4 partes de las líneas telefónicas disponibles a nivel mundial. Mientras que en el Caribe existen 7 líneas por cada 10 habitantes, en Suecia existen 65.

Y en cuanto a la generación de riqueza, los datos no pueden ser más pesimistas. En el país más poderoso, los Estados Unidos, cerca de 30 millones de personas están por debajo del umbral de pobreza y 1 de cada 4 niños nace en condiciones de extrema necesidad. De acuerdo con el informes del P.N.U.D (1.992:14-15), en el año 1.989 cerca del "20% de la población más rica del mundo recibía el 82,7% de los ingresos totales del planeta. Y cerca de un 20% de la población mundial recibía tan sólo el 1,4% de los ingresos totales. A grandes rasgos, el 80% de la población mundial percibe un ingreso de solamente el 17,3%."

Y el informe elaborado por las Naciones Unidas "Estudio Económico Mundial 1.993" se señala que el crecimiento de los ingresos mundiales en los últimos años por habitante, ha seguido una tendencia decreciente: 1988 fue el 2,7%; 1989 el 1,5%; 1990 0%; 1991 -1,5%; 1992 -1,1% y 1993 -0,2%.

Esta tendencia a la dualización ha alcanzado cotas nunca conocidas, tanto en el escenario internacional como al interior de cada país, tanto desarrollado como en vías de desarrollo. Ya en 1992, El presidente Clinton señalaba que por primera vez desde 1.920 un 1% de los ciudadanos tenía más riquezas que todas las poseídas por el 90% de la población restante. Y ello ha sido consecuencia de una progresiva acumulación del 70% de los ingresos durante los últimos 12 años, en ese 1% de la población norteamericana.

También se ha producido una marcada dualización del desarrollo económico en el conjunto internacional. Los países ricos se distancian de los países periféricos. "23 países industrializados con una población de 773 millones en 1.990 tienen un PIB equivalente al 73,2% del Producto Mundial, mientras que 130 países en desarrollo tienen un PIB equivalente al 17,9% del total mundial" (F.M.I:1992: 94)

La situación latinoamericana se está caracterizando por tener la distribución de la renta más desigual del mundo, en la que el 20% de la población más pobre apenas recibe el 4% del ingreso total, mientras que un 10% de la población concentra el 60% del ingreso. Tal como ha señalado el Banco Mundial "es necesario adoptar medidas distributivas para aliviar la pobreza y que eviten una vuelta al caos, la deseperanza y tal vez el populismo."(Banco Mundial: 1993:120).

De igual manera en la región latinoamericana, los datos de las principales macromagnitudes nos indican una recesión que ha sido últimamente atenuada.

Minsburg (1995) señala como las variables macroeconómicas han reflejado la importancia de estos cambios en los modelos económicos y culturales para América Latina. El P.I.B. promedio por habitante entre 1.981 y 1.992 disminuyó en un -7,3% cambiando de tendencia en 1.993 cuando ya creció un 1,3%. En 1.960 América Latina realizaba exportaciones por un valor de 8.500 millones de dólares corrientes, que representaban el 6,6% del total mundial exportado, proporción que ha disminuido hasta alcanzar en 1.992 el 3,4%. Si esta participación en la exportación hubiese sido constante se habría alcanzado los 245.000 millones de dólares cifra que hubiese posibilitado un tipo de desarrollo muy diferente al actual en la región.

La globalización también ha sido descrita como una creciente internacionalización de la producción de bienes y servicios, en constante rdependencia con las economias planetarias. Esta definición, basicamente economicista, hace especial hincapie en "el factor coste por unidad de bien o servicio comercializable, que se reduce todos los días creando un flujo que crece a tasas inverosimiles" (Anihat Soler; 1996:62). De igual manera que existe una tendencia a la homogeneización de las pautas de producción en la economía internacional, no puede decirse los mismo de las pautas de consumo culturales.

La cultura y sus pautas de consumo se han vuelto de una importancia vital para un número cada vez mayor de personas. Tal como sugiere Huntington (1997) en el mundo de la "post-guerra fría los símbolos de la identidad cultural son parte de identidades nuevas que también los son viejas. Las personas caminan resueltamente bajo banderas que son nuevas que con frecuencia son también viejas, que conducen a guerras con enemigos nuevos, pero que a menudo también son viejos"

La globalización está determinando ciertas pautas culturales y económicas en las que las compañías transnacionales juegan un papel prioritario. De hecho para Mortimore(1995) la transnacionalización es junto a la competitividad internacional los dos factores definitorios por excelencia de la globalización. La aparición en el escenario internacional de Japón y de los "tigres asiáticos" es una consecuencia directa de la apertura que se ha producido en el comercio mundial y que ha premiado la eficiencia de productos tecnológicamente avanzados. Este ejemplo ha servido como base para establecer la necesidad de estrategias que lleven a los países en vías de desarrollo a incorporase al comercio internacional al "amparo" de las transnacionales. Y la esencia de estas estrategias pasa por ofrecer condiciones óptimas para la producción de bienes y servicios.

La vinculación de la producción de las compañías transnacionales con los objetivos de los países en desarrollo, parece ser una de las estrategias adoptadas por los países del sudeste asiático que han permitido su rápida incorporación en el comercio internacional.

Pero este no parece ser el caso de los países de América Latina. Los países de América Latina han optado por conseguir inversión extranjera directa (IED), en vez de favorecer las alianzas estratégicas necesarias para la obtención de tecnología. Como es sabido, en América Latina muchas empresas transnacionales optaron por establecer filiales para aprovechar las políticas ligadas a la sustitución de importaciones, que fue la tónica general de las políticas macroeconómicas en América Latina. Estas compañías filiales permitieron la aglomeración de pautas culturales disímiles y el crecimiento industrial nacional, en términos de obsolescencia en la mayoría de los casos. Este proceso se vino abajo con la apertura económica y la liberalización de capitales y fronteras comerciales, cuando cambiaron los parámetros de la industrialización en América Latina.

El impacto de la globalización ha supuesto una toma estratégica de decisiones por parte de las compañías filiales de empresas transnacionales, que han ido desde la venta directa de las fábricas descapitalizando la inversión, hasta una reestructuración de las fases productivas, aunque los resultados en el conjunto de los países de América Latina se ha mostrado más bien pobre. La sensación es que el "enganche" a los sectores más dinámicos de la economía internacional en el marco de un mundo globalizado no se ha producido, y que la oportunidad está hoy pasando de largo por la mayoría de los países de América Latina.

Siendo los costes de fabricación uno de los objetivos de las compañías transnacionales, no es de extrañar que estas se hayan convertido en los agentes capaces de otorgar capacidades tecnológicas para insertar a los países en vías de desarrollo en la "zona dinámica" del comercio internacional. La importancia de las manufacturas de los países en vías de desarrollo ha quedado patente en los datos de la CEPAL que indican como entre "1980 y 1992 la contribución total de las manufacturas a las importaciones totales de la O.C.D.E. creció de forma acelerada, pasando del 72% al 80% y la participación de los países en desarrollo en dichas importaciones salto del 11,4% al 19% del total. La contribución de manufacturas no basadas en recursos naturales aumentó del 66% al 76%." (Mortimore, 1995:11).

La caída de las importaciones basadas en recursos naturales favorece la tendencia que se ha mostrado como más dinámica en el comercio internacional. Estos sectores dinamizadores de la economía están vinculados a la fabricación de ordenadores, maquinaría eléctrica e industria automotriz, especialmente. Estos sectores comerciales han llegado a constituir por si solos el grueso de las importaciones de la O.C.D.E. con casi el 33% del total.

El desplazamiento de las antiguas posiciones en el mercado internacional, ha supuesto la aparición de nuevas reglas de juego, que en principio parecen ir en contra de los postulados liberalizadores de mercados ideológicamente imperantes. Un reciente ejemplo de ello, son las guerras entre U.S.A. y Japón. Durante 1.993 las 10 principales importaciones de Estados Unidos desde Japón sumaron cerca de 66.200 millones de dólares y en general coinciden estas importaciones con los sectores más dinámicos de la economía concentrandose especialmente en la industria automotriz (32.000 millones) y ordenadores (20.700 millones). Estas cifras ya explican por si solas el déficit comercial de U.S.A con Japón, que está en torno a 59.300 millones en 1.993.

Una vez que ha sido detectada la presencia de nuevos actores en el escenario de la globalización económica y cultural, puede evaluarse el distinto comportamiento de las empresas transnacionales. La "cultura" de las casas matrices es un factor determinante en el concepto de expansión y de incorporación de determinados países al comercio internacional.

Mientras que la presencia de las compañías transnacionales vinculadas a U.S.A en América Latina ha estado marcada por una política de abastecimiento de los mercados locales utilizando como vía de penetración la inversión extranjera directa (I.E.D.), las transnacionales japonesas han recalado en los países de Asia, haciendo una transferencia tecnológica cuyo fin primordial es el ensamblaje de componentes y las fuentes de abastecimientos.

Las compañías transnacionales norteamericanas están realizando cada vez menos inversiones en América Latina. Durante el año 1989, el importe de las ventas de las transnacionales ha pasado del 6-9% frente al 25% del sudeste asiático. Esta es una muestra más del atraso en que se encuentra América Latina en el proceso de globalización. A pesar de que ha habido cambios importantes en favor de las manufacturas más dinámicas, los objetivos centrados en conseguir un aumento en las importaciones de la OCDE parecen limitados.

La posición de América Latina, está siendo desplazada paulatinamente habida cuenta del papel determinante que las compañías transnacionales juegan en el proceso de globalización. Muchos factores entran en las causas de este retroceso, pero las consecuencias son notorias en la presencia poco eficaz en los foros internacionales, en los diferentes procesos de integración regional con intereses opuestos y en la incapacidad crónica de los gobernantes para actuar decididamente en favor de elevar los niveles de vida para la mayoría de la población.

II. LA GLOBALIZACIÓN y LAS CULTURAS AMERINDIAS. UN MARCO DE ANÁLISIS

Cuando se realizan consultas en la literatura etnográfica existente sobre los pueblos indígenas americanos y sobre los Wayúu en particular, la gran mayoría de las monografías existentes hacen un especial hincapié en reconstruir la vida y el pensamiento tradicional, obviando en muchos casos las pautas y comportamientos no autóctonos y extraños a la cultura indígena que es objeto de estudio.

Existen varias explicaciones para relatar por que sucede esto. Una de ellas establece como causa de ese "olvido" más o menos consciente, la relación dialéctica que se establece entre informante e investigador con la existencia de una ley de la oferta y la demanda por lo que parece que siempre habrá un informante dispuesto a satisfacer la demanda de información de una cultura autentica, aunque ello suponga filtrar algunos aspectos de la realidad no tan habituales y en algunos casos hasta distorsionados.

Muchos estudios están basados en torno a los que se podrían considerar como los dos primeros grandes momentos históricos. Los primeros estudios están derivados de la relación surgida tras el encuentro colonial entre conquistadores y culturas indígenas mientras que los segundos estudios se derivan de los procesos sociales ligados a la expansión capitalista con la formación de las repúblicas latinoamericanas como telón de fondo. Ambos períodos históricos están referidos a momentos de cambio, tensión y transculturación.

En recientes estudios e investigaciones (Santos Granero, 1996) se afirma como la mayoría -si no todos- de los pueblos indígenas de América Latina, incluidos los de la cuenca amazónica, se han visto afectado -directa o indirectamente- por la primera ola de cambios, y que una vez que se ha producido el impacto de esta última, se vieron involucrados -más tarde o más temprano- en los procesos de cambio asociados a la segunda ola. En nuestros días estamos asistiendo al impacto que está ocasionando en muchas sociedades indígenas americanas lo que ha sido denominado como la tercera ola de cambios: el proceso de globalización.

Si durante los momentos asociados a la segunda ola de cambios las sociedades indígenas fueron insertadas de una forma desigual en sus respectivas sociedades nacionales, el proceso de globalización correspondiente a la tercera ola, ha metido a las sociedades indígenas de lleno en el ámbito transnacional.

II.1. OLAS DE CAMBIO

Las dos primeras olas de cambio en la Península de la Guajira y en América Latina en general están asociadas -a grosso modo- a los períodos colonial y republicano respectivamente. Aunque se pretenda delimitar la existencia de un marco cronológico y de hechos consecutivos en el tiempo, en el caso concreto de los Wayúu --y en el de otras cultura indígenas-- las olas de cambio no siempre se ciñen a un proceso concatenado y continuado en el tiempo. Ya en el siglo XVI existían "procesos de contacto económico con la pesca de perlas y contrabando de mercancías de origen inglés y holandés, y recientemente con actividades de extracción minera y salinera a las cuales se han logrado adaptar sin sufrir los rigores de una dominación aculturante" (Perafán Simmonds, 1995:174).

Los efectos de la expansión capitalista se han hecho notar entrado el siglo XX con la explotación salina de Manaure o el tradicional transporte de mercancías a través de la frontera.

Como otros pueblos indígenas, uno de los más impactantes cambios producidos en el primer contacto colonial fue el demográfico. Las epidemias que cruzaron el Atlántico con los conquistadores y el encuentro con los grupos indígenas frecuentemente diezmaron a estas poblaciones. El proceso de disminución demográfico también se ha visto potenciado por la guerra de conquista y su secuela de trabajos forzados, expropiación, castigos físicos reducciones y colapso psicológico y social. Cabe recordar que en "algunos casos se ha producido el exterminio de pueblos enteros en la Amazonía Indígena como fue el caso de los Yurimagua del Alto Amazonas brasileño y de los Maynas del Alto Marañon". (Santos Granero 1996:14).

Las principales armas funcionales utilizadas por los conquistadores en su rápido afán de enriquecimiento y de conversión de almas fueron la ocupación del territorio y el nucleamiento de la población. A grandes rasgos, la población indígena fue orientada en el desarrollo de determinado tipo de trabajos ligados a la extracción primaria de los recursos naturales (minas de oro, plata, carbón en la revolución industrial) o en la producción agropecuaria (caña de azúcar, coca, ganadería, recolección de caucho, etc).

En esta primera ola de encuentro, se producen también importantes cambios culturales, con la incorporación de utensilios de metal que desplazan a los instrumentos de madera, hueso y piedra. En el caso de los wayú, el término "paara que designa al castellano "barra" se utiliza de forma generalizada para todas las herramientas de punta de acero introducidas a comienzo de este siglo" (Rivera, 1991: 98).

La intensificación de contactos de los Wayúu con las comunidades vecinas, que están documentados a partir de 1.880, indican que en la base de estos cambios se dieron modificaciones en las actividades productivas con repercusiones profundas en la estructura social, debilitando a los grupos estratificados con la consecuente alteración de las relaciones de poder. Con el paso del tiempo se dieron dos factores más que probables como consecuencia de esta primera ola de cambios: por una parte el crecimiento lento pero constante de la población causó una presión en los límites del territorio étnico con una sobreexplotación de los recursos disponibles y en ese momento se produce el aliciente que caracterizó a la expansión capitalista inicial en la zona: la economía exportadora petrolera venezolana en Maracaibo, evolucionando el trabajo de los Wayúu hacia formas asalariadas.

La redefinición étnica también ha estado ligada a cambios sustanciales en está primera ola de cambios. Como consecuencia de una constante articulación y desarticulación de identidades culturales indígenas, se ha forjado la definición de las primeras identidades coloniales. Y este ha sido un paso importante para la elaboración de los primeros Estados-Nación en América Latina.

Los estudios etnohistóricos ponen de manifiesto como al finalizar esta época colonial, la mayoría de los pueblos indígenas de América Latina estuvieron en contacto (de una u otra forma) con los procesos de cambio desatados por la presencia europea. También estuvieron expuestos a lo que se ha denominado como "efecto carambola" (Santos Granero, 1996: 17) es decir a "situaciones que posibilitaron la acción indirecta, por omisión o acción de aquellos grupos que si estaban en contacto con los agentes coloniales. Este es el caso de los pueblos o segmentos interfluviales que aprovecharon la desaparición de anteriores etnias ribereñas ocupando sus ricos territorios"

II.2. LA EXPANSIÓN CAPITALISTA. SEGUNDA OLA DE CAMBIOS

En las antiguas colonias españolas se produjo un interregno en la post-independencia donde grandes regiones del continente quedaron relegadas al olvido en una especie de limbo jurisdiccional y administrativo ocasionado, por el escaso interés que mostraban las jóvenes repúblicas en propiciar un desarrollo social, económico y cultural de las zonas habitadas por los indígenas.

Pero la necesidad de materias primas por parte de las economías occidentales en fase de expansión industrial, propició los conocidos "boom" de las explotaciones naturales, muchas de ellas situadas en zonas de asentamientos indígenas. Uno de los casos mejor documentados ha sido el de la amazonía indígena y su inserción acelerada en el comercio internacional, hecho que se produce ya bien entrado el siglo XX. y es consecuencia directa de la explotación gomera.

El crecimiento demográfico que se va produciendo durante el siglo XX, también ha sido una de las causas de penetración en zonas consideradas tradicionalmente como de propiedad indígena. La presión demográfica en las zonas altas de los países andinos, fue aliviada dirigiendo los flujos de población hacia zonas limítrofes de selva o desierto, habitadas por poblaciones indígenas. En países como Colombia la migración hacia la selva y las fronteras limítrofes ha sido constante por los campesinos empobrecidos en las crisis de regulación capitalista y por los fenómenos ligados a la violencia política.

El continuo desarrollo de actividades extractivas y productivas asociadas al comercio internacional expuso a las comunidades indígenas a los valores y prácticas mercantiles, proporcionando los conocimientos necesarios para fomentar una industria propia basada en la elaboración artesanal principalmente. Las actividades extractivas de los recursos naturales durante este período están asociadas a un uso intensivo de la mano de obra, lo que sirvió de atractivo a algunos indígenas para realizar un trabajo asalariado, pero cuando se producían períodos de una gran demanda de mano de obra, las grandes empresas y algunas autoridades locales se aliaron (con la entrega de armas y de bienes manufacturados) con los líderes indígenas de los pueblos mejor situados para "capturar" mano de obra barata indígena que trabajara en las explotaciones. (Pineda Camacho, 1985; Gow 1.991).

Por otra parte el resultado de una pérdida de la autonomía política supuso una quiebra del modelo surgido después del encuentro colonial -y que normalmente aparece como tradicional- .En la década de 1960 irrumpen en su reemplazo nuevas organizaciones políticas, basadas comúnmente en modelos gremiales del tipo de federación o ligas, que normalmente tienen un carácter supralocal o étnico y que giran alrededor de organizaciones obreras y campesinas. (Smith, 1985).

II.3. LA TERCERA OLA: LA GLOBALIZACIÓN

Actualmente la mayoría de los pueblos indígenas están atravesando lo que se considera una tercera ola de cambios: el proceso de globalización. Muchos de ellos están viviendo un proceso de intensificación de los contactos a nivel de comunicaciones, de la gente y de los productos tanto materiales como simbólicos.

La transnacionalización de la economía, la política y la cultura no han escapado a la realidad de los pueblos indígenas.

Sin embargo esta nueva etapa, esta nueva ola de cambios no supone en manera alguna una ruptura con la anterior, sino que parafraseando a Lenin (1961) que consideraba al imperialismo como la fase superior del capitalismo, se podría afirmar que esta nueva etapa - la globalización- constituiría la más reciente (o tal vez una más de las etapas por venir) del proceso de expansión del capitalismo.

Los pueblos indígenas en su contexto están experimentando algunos de los efectos asociados a la globalización: la des-localización territorial y la transnacionalización en su identidad política. En la segunda ola, durante el proceso de una mayor identificación de las culturas indígenas con sus sociedades nacionales se produjo el acceso (aunque casi siempre muy limitado) de las sociedades indígenas a los servicios públicos de sus respectivos Estados. Procesos educativos y de salud pública han logrado disminuir la mortalidad infantil y en algunas comunidades indígenas aumentar las expectativas de vida.

En la época de la globalización se han sedimentado las organizaciones indígenas socio-políticas que germinaron durante los contactos de la expansión capitalista de la segunda ola.

Una constante en las reivindicaciones indígenas ha sido la tierra. Esta reivindicación permanente ha logrado poner cierto freno a los antiguos atropellos y desalojos logrando en algunos casos la concesión de resguardos que obligan al reconocimiento por parte de los respectivos Estados de las fronteras de los antiguos territorios étnicos. Este ha sido el caso de los "Tukano del Vaupés a quienes en la década de 1980 el gobierno Colombiano les concedió un resguardo de 3 millones de hectáreas y de los Yanomani a quienes en 1988 el gobierno Brasileño reconocio un territorio de posesión permanente de 8.216.925 hectáreas y de los Huaroni a quienes en 1.990 el Estado ecuatoriano les otorgó 612.560 hectáreas" (Santos Granero 1996:126) .

Un aspecto de la globalización ha sido como las organizaciones indígenas contemporáneas lograron cortar los lazos de dependencia que las unían a sus antiguos mentores (misioneros, funcionarios, antropólogos) y establecieron relaciones directas con las ONG´s representantes del primer mundo. Esta internacionalización un tanto "sui generis" de las culturas indígenas se hace patente con una cada vez mayor presencia en los foros internacionales y una destacada presencia en los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales. Algunos aspectos de la legitimidad del poder político de la comunidad indígena ha sufrido un proceso de transformación y ha sido cuestionado. Tal vez ello se deba a un cambio producido por la aparición de agentes foráneos (ONG´s y colaboradores externos) que han permitido a los líderes indígenas expandir sus escenarios de lucha pero a costa de perder el contacto cotidiano con sus bases que es la fuente de la autoridad.

A nivel de los propios actores indígenas, la globalización y la transnacionalización han fomentado dos tendencias ideológicas opuestas. La tendencia al cambio está representada por la occidentalización y la modernización que se opone a la tendencia del fortalecimiento de la cultura propia. Pero aunque sean contradictorias, en la mayoría de los casos no existe una percepción conflictiva. Hasta ahora el camino seguido por la mayoría de las organizaciones indígenas parece encontrarse en la búsqueda de salvar los mejor de ambos mundos.

La transformación cultural experimentada por las comunidades indígenas, ha hecho que se cambien y recompongan muchos de los elementos necesarios para establecer una identidad. En algunos casos los cambios vienen auspiciados por los agentes de la globalización (las compañías transnacionales) sobre los que los indígenas tienen poco o ningún control. Por otra parte, se han ideado condiciones estratégicas de tipo político en las que juega un papel determinante el reconocimiento del indígena por sus conciudadanos no indígenas. Para ello se han ensalzado todos los elementos valorados de su cultura, haciendo un ocultamiento de las prácticas que se hayan podido considerar como bárbaras, aunque se hayan realizado en el pasado, tales como el infanticidio, la cliterectomía o el trabajo esclavo.

Los términos de indio, indígena o nativo -antes cargados de connotaciones peyorativas- han sido redimidos por la mayoría de las asociaciones indígenas quienes lo utilizan en sus negociaciones con los respectivos Estados. Pero estas lealtades indígenas manifiestan sus contradicciones. Así ocurrió durante el reciente conflicto fronterizo entre Ecuador y Perú en 1.995 con los pueblos jíbaro-hablantes de ambos lados de la frontera, que optaron por dejar aun lado sus sentimientos de solidaridad derivados de su común identidad como jíbaros, para ponerse al servicio de sus respectivas lealtades nacionales, participando de una manera más o menos entusiasta en el apoyo de sus respectivos ejércitos nacionales. (Santos Granero, 1996: 42).

La globalización ha traído un arma importante para el desarrollo de la identidad étnica y de su reconocimiento a través de los medios de comunicación. De hecho parece ser que en Latinoamérica los pueblos indígenas que han obtenido un mayor éxito en el proceso de acumulación económica, un mayor reconocimiento en sus decisiones políticas y que han ganado espacios para la revitalización de su cultura son aquellos que precisamente han transnacional izado su identidad cultural como parte de las mercancías comercializables, aprovechando con ello las ventajas que ofrece la movilidad de los mercados en un mundo globalizado. Y este parece ser el caso, entre otros pueblos indígenas, de los Otavalos en el Ecuador, de los Kuna en Panamá, y de los Wayúu en la península de La Guajira

Madrid, 15 de Septiembre de 1997

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SMITH, R: 1985. "A search for unity within diversity: peasant unions, ethnic federations and indianist movements in the Andean Republics." in T. Mac Donald (ed) six case studies from Latin America. Cambridge. MA. Cultural Survival.


Tomado de: http://www.ucm.es/info/cecal/encuentr/areas/antropol/4a/llaneza

1 Ponencia presentada en el Grupo de Trabajo No. 4 “Respuestas de los Pueblos Amerindios a las Políticas de Globalización” del Área de Antropología del VI Encuentro de Latinoamericanistas Españoles, realizado en Madrid (España), entre el 29 y 30 de septiembre y el 1 de octubre de 1997, en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Ver: http://www.ucm.es/info/cecal/encuentr/areas/antropol/4a/llaneza


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LOS NUEVOS GRUPOS ARMADOS DE COLOMBIA
Informe sobre América Latina No. 20 – 10 de mayo de 2007


Por:

INTERNATIONAL CRISIS GROUP

WORKING TO PREVENT CONFLICT WORLDWIDE


COSTA ATLÁNTICA


1. Historia de las AUC en la región


Los comandantes Salvatore Mancuso y Rodrigo Tovar (“Jorge 40”) del Bloque Norte (BN) lideraron la expansión de las AUC en la costa atlántica. El BN aglutinaba a una amplia red de grupos paramilitares locales que operaban de manera independiente, hasta que fueron cooptados, subordinados o sometidos entre 1998 y 2002 [1]. En 1998 y 1999, el BN se adentró más en la región, derrotando al ELN en la zona cocalera del sur del departamento de Bolívar y la región de los Montes de María, y tomando el control sobre la cuenca del bajo Magdalena y Barranquilla, capital del departamento del Atlántico. En julio de 2002, la fuerza irregular independiente de Hernán Giraldo (“El Patrón” o “El Viejo”), que controlaba el narcotráfico en las laderas del norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, se sometió al BN [2]. En febrero de 2002, el BN ingresó al área rural del municipio de Uribia en la alta Guajira, y asumió el control de los corredores estratégicos del tráfico ilegal que antes pertenecían a la etnia Wayúu. La ofensiva aprovechó las rivalidades entre clanes y finalmente creó el Frente Contrainsurgencia Wayúu bajo el mando del BN [3].


El 4 de diciembre de 2004, las autodefensas del sur del Magdalena y la isla de San Fernando, lideradas por José Barrera [4] y activas en los departamentos de Magdalena y Cesar, se convirtieron en el primer grupo del BN en desmovilizarse: 47 hombres entregaron 41 armas. En cuatro desmovilizaciones efectuadas entre mediados de enero y mediados de julio de 2005, otros 2.100 combatientes del BN depusieron 442 armas en los departamentos de Córdoba, Sucre y Bolívar. El grueso de los grupos restantes del BN y el Bloque Central Bolívar (BCB) en el sur de Bolívar, Atlántico, Magdalena, La Guajira y Cesar se desmovilizó entre el 31 de enero y el 10 de marzo de 2006. Aproximadamente 8.700 combatientes se desmovilizaron, y se entregaron 3.286 armas [5].


2. Presencia de nuevos grupos armados ilegales y organizaciones criminales


Persisten algunas dudas acerca del compromiso del jefe del BN, “Jorge 40”, con el desmantelamiento de dicho bloque. El decomiso de un computador portátil en poder de Édgar Fierro (“Don Antonio”), su mano derecha militar en el departamento de Atlántico, reveló una actividad política y militar continuada al tiempo que se realizaban las negociaciones con el gobierno de Uribe [6]. Aunque algunas fuentes afirman que “Jorge 40” tiene nexos con grupos delictivos emergentes [7], parece ser que sus hombres clave que no se desmovilizaron optaron por mantener el control de centros urbanos de la costa atlántica como Barranquilla. La presencia del sicariato pone de relieve la necesidad de utilizar medidas de fuerza para mantener el control sobre todo tipo de actividades ilícitas[8]. Algunas fuentes señalaron como un hecho sospechoso el que “Don Antonio” y Carlos Mario García (“El Médico” o “Gonzalo”), los enlaces políticos de “Jorge 40” en Barranquilla, se hubieran desmovilizado con el Bloque Chimila, que no opera en el departamento del Atlántico[9].


Después del arresto de “Don Antonio”, Miguel Villarreal (“Salomón”) y Wilmer Guerrero (“Nacho Guerrero” o “Luisito”) se convirtieron en los nuevos jefes del bajo mundo de Barranquilla [10].Parece ser que, después de la pérdida del computador portátil, se dio la orden de eliminar a todo aquel que tuviera conocimiento de los vínculos políticos del BN [11]. Sin embargo, fuentes de la policía insisten en que no es claro si “Salomón” y “Nacho Guerrero” siguen a “Jorge 40” o actúan por su cuenta. Se cree que ambos se ocultaban en Venezuela [12]. “Salomón” fue arrestado en la ciudad de Bucaramanga, al nororiente, el 20 de abril de 2007.


El rápido surgimiento de nuevos grupos armados apenas unos meses después de la desmovilización del último contingente del BN parece estar relacionado con comandantes de rango medio y combatientes que no se desmovilizaron o que retomaron las armas poco después. Con las estructuras básicas de los frentes desmovilizados del BN todavía intactas, los nuevos grupos que han conformado están tratando de mantener el control territorial sobre regiones estratégicas en las que antes operaban y donde tienen fuertes nexos con actividades delictivas, sobre todo narcotráfico y contrabando de armas [13]. Un ejemplo de esto es “Codazzi”, un comandante de rango medio que no se desmovilizó [14] y que según se cree controla corredores de droga en Chibolo, Tenerife y Pivijay (departamento del Magdalena) con unos 50 hombres [15]. En el departamento de La Guajira, cerca de 40 hombres del Frente Contrainsurgencia Wayúu, liderado por “Pablo”, no se desmovilizaron y siguen controlando el contrabando y el narcotráfico en la alta Guajira, el triángulo Riohacha-Maicao-Uribia [16].


La costa atlántica no se ha librado de la presencia de grupos de las Águilas Negras, responsables de acciones en Atlántico, Cesar, Magdalena y la Guajira. A fines del 2006, las Águilas Negras enviaron amenazas escritas a líderes sindicales de la Universidad del Atlántico en Barranquilla (Atlántico). En el Magdalena, operan en los municipios de Santa Marta, la zona bananera y Fundación, con una base en el distrito rural de Palmor, en Ciénaga, y envían panfletos firmados por los ex comandantes de rango medio del BN Adán Rojas Mendoza (“Negro Rojas”) y “101” a empresarios y agricultores [17]; en Maicao (La Guajira), el ex comandante de rango medio del BN Jairo Samper (“Lucho”) armó un nuevo grupo que se asoció con las Águilas Negras.


El rearme en las faldas del norte de la Sierra Nevada de Santa Marta (Magdalena y La Guajira) se está haciendo a espaldas de Hernán Giraldo e incluye elementos foráneos a la región [18]; Giraldo, que se encuentra recluido en la cárcel de Itagüí, parece haber sido depuesto por varios ex comandantes [19]. Dos comandantes desmovilizados de rango medio del Bloque Resistencia Tayrona, que luego fueron arrestados, Norberto Quiroga (“5-5” o “Beto Quiroga”) y Édgar Córdoba Trujillo (“5-7”), armaron un nuevo grupo, el Frente Cacique Arhuaco, conformado por entre 50 y 60 hombres [20]. Aunque una fuente que estuvo en su base en la Sierra Nevada le dijo a Crisis Group que justificaban este hecho aduciendo que el gobierno no había jugado limpio con el nuevo marco de la LJP [21], fuentes judiciales creen que “Felipe”, un ex colaborador cercano de “Jorge 40”, podría estar detrás del nuevo frente [22].


Los hombres desmovilizados del Bloque Resistencia Tayrona de Hernán Giraldo denunciaron presiones para retomar las armas a fines del 2006. Muchos fueron desplazados a la fuerza a Santa Marta, y una serie de asesinatos en dicha ciudad parece confirmar sus denuncias [23]. Como respuesta, se cree que algunos tomaron nuevamente las armas bajo el comandante “Chaparro”, aunque no se conoce el nombre de su nuevo grupo.


3. Dinámica del conflicto


Las Águilas Negras parecen estar operando en la costa atlántica como grupos criminales urbanos, por lo menos iguales de peligrosos que sus predecesores de las AUC. Según defensores de los derechos humanos, existen pruebas de comunicaciones entre ellos, incluida una reunión entre “Salomón”, con su base en Barranquilla, y las Águilas Negras del Magdalena [24]. Se cree que el presunto comandante “Negro Rojas” de las Águilas Negras de Santa Marta está asociado con los comandantes “5-5” y “5-7” [25]. Sin embargo, las fuerzas de seguridad de la región creen que las Águilas Negras son grupos armados que operan con independencia, y que utilizan el nombre genéricamente para inculcar temor entre la población [26]. Las fuerzas de seguridad sí parecen estar buscando a las Águilas Negras en el Magdalena y La Guajira, como lo demuestran las capturas de “101”, “Negro Rojas” y “Lucho” [27].


En las laderas del norte de la Sierra Nevada, el grupo Cacique Arhuaco de “5-5” y “5-7” ha estado combatiendo contra “Chaparro” por el control de cultivos de droga y puertos clandestinos, y parece contar con el respaldo de ex jefes de las AUC y capos de la droga. La lucha se recrudeció en enero y febrero de 2007. Según fuentes estatales, Vicente Castaño visitó a “5-5” y “5-7” y les envió 300 hombres de refuerzo [28], mientras que “Chaparro” recibió la ayuda de 150 hombres de “Macaco” y los “Mellizos” [29], que llegaron por uno de los puertos clandestinos de Dibulla [30].


Según se dice, “Macaco” envió a un emisario para negociar una tregua y un acuerdo, tras lo cual la situación parece haberse calmado; “Chaparro” ahora controla desde el río Piedras hasta el río Palomino, mientras que “5-5” y “5-7” controlan desde el río Piedras hacia el occidente, en donde operaban bajo el BN [31]. Sin embargo, como “5-5” y “5-7” fueron arrestados el 9 de marzo de 2007 en un allanamiento de la policía en Medellín [32], no se sabe quién es el nuevo comandante del Cacique Arhuaco ni si su territorio termine siendo ocupado por un nuevo grupo armado.


Los refuerzos enviados a regiones específicas por ex comandantes de las AUC podrían articular nuevas estructuras entre nuevos grupos de todo el país [33]. Si esto sucede en la costa atlántica, las sabanas de San Ángel (en el centro del Magdalena) y el departamento del Cesar podrían convertirse en corredores estratégicos para el transporte de hoja de coca desde el sur de Bolívar hasta los laboratorios ubicados en la Sierra Nevada, antes de ser exportada por las ensenadas y los puertos ilegales en las estribaciones emplazadas al norte de la Sierra Nevada y en la península de La Guajira.


El control sobre el departamento de La Guajira es clave para poder realizar las operaciones de contrabando que facilitan el lavado de dinero y el ingreso de la gasolina venezolana barata que requieren los narcotraficantes. El conflicto entre el nuevo grupo de “Pablo” y remanentes de la estructura de contrabando Wayúu estalló nuevamente en febrero de 2006 con el asesinato del hermano de un presunto jefe del narcotráfico Wayúu. Desde abril de 2006, se han cometido asesinatos atribuidos a nuevos grupos en tierras indígenas Wayúu [34]. Los Wayúu están siendo intimidados por los nuevos grupos que mantienen un férreo control sobre las operaciones de contrabando en Maicao y Bahía Portete, pese a la presencia de un batallón del ejército en la alta Guajira. Sin embargo los Wayúu de Maicao han comenzado a armarse para resistir los ataques [35].


Como los nuevos grupos se concentran sobre todo en operaciones de narcotráfico, no se sabe si combatirán contra las FARC y el ELN o si forjarán alianzas ad hoc con ellos cuando la guerrilla intente penetrar en sus territorios. En el sur de la Guajira la amenaza insurgente está latente, sobre todo en el corredor estratégico ubicado entre la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía de Perijá, cerca de la frontera con Venezuela [36]. El Frente Francisco Javier Castaño del ELN y los Frentes 19 y 59 de las FARC mantienen presencia armada en lo alto de las sierras, pese a la fuerte presión del ejército [37]. Si bien las FARC parecen estar tratando de conquistar los corazones y las mentes de la población absteniéndose de llevar a cabo operaciones para recuperar territorio [38], personas que trabajan con comunidades de la Sierra Nevada le dijeron a Crisis Group que la guerrilla está incursionando en los resguardos indígenas [39].


4. Conclusión


Bajo las AUC la costa atlántica estaba controlada por el BN, varios grupos del cual dominaban territorios bien definidos. Los nuevos grupos que han surgido parecen operar de acuerdo con una lógica similar, siendo sus líderes comandantes de rango medio y combatientes que no se desmovilizaron o que volvieron a tomar las armas poco después. Tienen sus bases en regiones en donde antes operaban, con fuertes nexos criminales. Sin embargo, también hay elementos externos, al parecer con vínculos con ex jefes de las AUC como Vicente Castaño (quien anda suelto) y “Macaco” (recluido en la cárcel de Itagüí), que quieren abrirse paso también. Aunque por el momento todos los grupos parecen actuar por su cuenta, existen indicios de que los nuevos grupos han hecho acuerdos, lo que quizás presagia una nueva estructura de cooperación semejante a la antigua estructura de las AUC. Queda por ver cómo reaccionarán estos nuevos grupos frente a los avances de la guerrilla y cómo será su relación con las comunidades. La evidencia hace pensar que las bandas de extorsión de las AUC siguen operando, pero el tipo de vínculos con la comunidad que caracterizaba a las autodefensas no se ha dejado ver [40].

NOTAS:


[1]. Salvatore Mancuso entregó el mando del BN cuando se desmovilizó a fines del 2004 con el Bloque Catatumbo. “Jorge 40”, oriundo del Cesar, se incorporó a las ACCU y empezó a operar en el sur de Bolívar en 1997. En 1998 viajó al Cesar para organizar las estructuras paramilitares de las nuevas AUC. Con el tiempo, las AUC se expandieron desde las cuencas de los ríos Sinú y San Jorge en los departamentos de Córdoba y Sucre hacia el occidente y hacia la frontera con Venezuela al oriente.


[2]. Las AUC se enfrentaron con las Autodefensas Mamey de Giraldo después de que tres agentes norteamericanos de la DEA fueron asesinados por sus hombres en noviembre de 2001. Bajo el control del BN, Giraldo rebautizó su fuerza como Bloque de Resistencia Tayrona. Entrevistas de Crisis Group, Barranquilla, 16 de febrero de 2007, Santa Marta, 11 de marzo.


[3]. Los corredores de La Guajira se utilizan para contrabando de mercancía, gasolina venezolana, armas y droga. El 10 de julio de 2002 las AUC asesinaron a quien era presuntamente el principal narcotraficante de Maicao, Mario Cotes, y luego a Luis Ángel González (“Lucho Ángel”), el 7 de marzo de 2003. En Bahía Portete, el 18 de abril de 2004 cuatro personas fueron asesinadas, doce desaparecieron y más de 500 fueron desplazadas, muchas de ellas a Venezuela. El 13 de julio de 2005, Dilian Epinayu, una mujer Wayúu y testigo clave de la masacre en Bahía Portete, fue asesinada. Entrevista de Crisis Group, Riohacha, 13 de marzo de 2007. El Frente Contrainsurgencia Wayúu fue creado por “Jorge 40” y los miembros de la familia Ipuana José María Barros y José María Gómez (“Chemabalas”). La policía arrestó a Barros y a “Chemabalas” en octubre de 2004, con lo cual “Pablo” quedó como hombre fuerte de la región. “Dinámica reciente de la confrontación armada en la Sierra Nevada de Santa Marta”, Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos, febrero de 2006, pp. 22-23.


[4]. Aunque Barrera fue un jefe paramilitar activo durante más de quince años, salió libre del centro de detención de La Ceja el 4 de octubre de 2006 por falta de cargos.


[5]. El 18 de enero de 2005, 925 hombres del Bloque Sinú-San Jorge de Salvatore Mancuso; el 2 de febrero de 2005, “Ramón Mojana” y 110 hombres del Frente Mojana; el 15 de junio de 2005, 465 combatientes del Bloque Héroes de Tolová, liderado por Diego Murillo (“Don Berna”); el 14 de julio de 2005, 594 hombres del Bloque Héroes de Montes de María; el 31 de enero de 2006, 2.523 combatientes del Frente Sur de Bolívar del BCB; el 3 de febrero de 2006, 1.166 combatientes del Bloque Resistencia Tayrona de Hernán Giraldo; el 4 de marzo de 2006, 251 combatientes del Frente Julio Peinado Becerra, de Julio Francisco Prada (“Juancho Prada”), de las AUC. El Bloque Norte (BN) se desmovilizó en dos etapas: el 8 de marzo de 2006, 880 miembros de las fuerzas de ataque y 1.335 miembros de los frentes de apoyo social; dos días después, 1.220 combatientes de las fuerzas de ataque y 1.325 miembros de apoyo social. Véase
www.altocomisionadoparalapaz.gov.co.


[6]. El computador portátil confiscado el 11 de marzo de 2006 contenía una lista de 558 asesinatos de líderes sindicales y activistas de izquierda cometidos entre el 2003 y el 2005 en el departamento del Atlántico. Esta información fue reforzada por una investigación de la Fiscalía sobre las actividades de “Jorge 40”, que sugería que estaba construyendo estructuras de poder paralelas al tiempo que se estaba desmovilizando oficialmente. “Así opera el imperio criminal del paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’”, Semana, 7 de octubre de 2006. Diversas fuentes le dijeron a Crisis Group que varios conocidos combatientes y comandantes de rango medio de las estructuras del BN no estuvieron presentes en las ceremonias de desmovilización, y que campesinos se pusieron trajes de fatiga militar tras habérseles prometido el estipendio mensual destinado a los combatientes desmovilizados. Entrevistas de Crisis Group, Barranquilla, 15-16 de febrero de 2007, Santa Marta, 12 de marzo.


[7]. Una fuente dijo que “Jorge 40” podría haber mantenido una reserva estratégica de aproximadamente 150 hombres fuertemente armados en el extremo sur del Magdalena (municipios de El Banco y Plato) y del Cesar. Otra fuente afirmó que sus hombres estaban peleando con otros grupos nuevos por el control de las rutas de narcotráfico en el Cesar y La Guajira. Entrevistas de Crisis Group, Bogotá, 13 de febrero y 7 de marzo de 2007.


[8]. Según varias fuentes, las bandas criminales en Barranquilla y el resto del departamento de Atlántico tienen entre 200 y 375 miembros. “‘Jorge 40’ recargado”, Semana, 19 de noviembre de 2006. Véase
www.indepaz.org.co.


[9]. Entrevista de Crisis Group, Barranquilla, 16 de febrero de 2007.


[10]. Fuentes de prensa indican que Wilmer Guerrero también lidera las estructuras criminales en el departamento de Sucre. El Tiempo, 13 de noviembre de 2006. Ambos hombres son ex oficiales de la policía que se unieron a “Jorge 40” tras haber sido implicados en la devolución de un cargamento de dos toneladas de cocaína decomisada a los narcotraficantes en el 2002, y que no se desmovilizaron. Entrevistas de Crisis Group, Barranquilla, 15-16 de febrero de 2007.


[11]. Entrevistas de Crisis Group, Barranquilla, 16 de febrero de 2007.


[12]. Entrevista de Crisis Group, Barranquilla, 16 de febrero de 2007.


[13]. Entrevista de Crisis Group, Bogotá, 5 de febrero de 2007.


[14]. “Codazzi” comandaba el grupo Chivilo, en territorios de la Ciénaga Grande, El Difícil, Nueva Granada, Plato y Pueblo Viejo y operaba bajo el frente Jhon Jairo López del BN. “Dinámica reciente de la confrontación armada en la Sierra Nevada de Santa Marta”, Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos, febrero de 2006, p. 21.


[15]. Pese a ser parapléjico, “El Cóndor” o “Halcón 1”, hoy en día “El Acostado”, un reconocido jefe paramilitar de El Banco (sur del Magdalena), presuntamente dirige un nuevo grupo al sur de los departamentos de Magdalena y Cesar, con antiguos miembros del BCB.


[16]. Entrevistas de Crisis Group, Riohacha, 13-14 de marzo de 2007.


[17]. Entrevistas de Crisis Group, Santa Marta, 12 de marzo de 2007.


[18]. Entrevistas de Crisis Group, Santa Marta e Itagüí, 12 y 30 de marzo de 2007.


[19]. Entrevistas de Crisis Group, Bogotá, Barranquilla y Santa Marta, 13 y 16 de febrero y 11-13 de marzo de 2007.


[20]. Entrevistas de Crisis Group, Bogotá, 13 de febrero de 2007, Santa Marta, 12 de marzo.


[21]. Entrevista de Crisis Group, Santa Marta, 12 de marzo de 2007.


[22]. Entrevista de Crisis Group, Santa Marta, 12 de marzo de 2007.


[23]. Entrevistas de Crisis Group, Bogotá y Barranquilla, 13 y 16 de febrero de 2007.


[24]. Entrevistas de Crisis Group, Barranquilla y Santa Marta, 16 de febrero y 12 de marzo de 2007.


[25]. Entrevistas de Crisis Group, Barranquilla y Santa Marta, 16 de febrero y 11-12 de marzo de 2007.


[26]. El comandante del Batallón N° 1 de la Marina en la región de los Montes de María dijo hace poco que en su jurisdicción había grupos nuevos, pero no Águilas Negras. “Águilas Negras no operan en Sucre y Bolívar”, El Heraldo, 15 de febrero de 2007. Autoridades de la policía afirman que el panfleto en el que se amenaza a líderes sindicales es antiguo, pues muchas de las personas cuyos nombres figuran en la lista llevan años de haberse marchado de la ciudad o abandonaron las actividades sindicales hace mucho tiempo. El logotipo de las Águilas Negras que figura en el panfleto supuestamente es diferente del que aparece en los comunicados de las Águilas Negras en el Magdalena. Otra fuente observó que un grupo que se identificaba como Muerte a Sindicalistas (MAS) había enviado anteriormente amenazas similares. Entrevistas de Crisis Group, Barranquilla, 16 de febrero de 2007.


[27]. La policía arrestó a “Rojas” en el departamento del Tolima, 750 km al sur de Santa Marta, el 29 de marzo de 2007; “Lucho” fue capturado en Soledad (Atlántico) el 28 de febrero.


[28]. Entrevistas de Crisis Group, Santa Marta, 12 de marzo de 2007.


[29]. Los “Mellizos” fueron acusados de ser narcotraficantes que se hacen pasar por paramilitares para evitar su extradición a Estados Unidos. Miguel Ángel cambió su nombre por el de comandante “Pablo Arauca” del Bloque Vencedores del Arauca, que opera en las llanuras cercanas a la frontera con Venezuela.


[30]. Entrevista de Crisis Group, Santa Marta, 12 de marzo de 2007.


[31]. “5-5” dirigió la ofensiva de las AUC que sometió a Hernán Giraldo en el 2002, y luego siguió como líder del grupo La Tagua del Bloque Resistencia Tayrona en Bonda, Minca y El Campano (Sierra Nevada). “Dinámica reciente de la confrontación armada en la Sierra Nevada de Santa Marta”, Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos, febrero de 2006, p. 20. Entrevista de Crisis Group, Santa Marta, 12 de marzo de 2007.


[32]. Fuentes sugieren que su presencia en Medellín podría deberse al supuesto pacto “Macaco”-“Los Mellizos”-Vicente Castaño. Entrevistas de Crisis Group, Barranquilla y Santa Marta, 16 de febrero y 11-12 de marzo de 2007.


[33]. Según se afirma, hombres que antes estaban bajo el mando de “Macaco” podrían estar controlando todavía los cultivos de coca en el sur de Bolívar, una zona de influencia del ahora desmantelado BCB. Se cree que nuevos grupos surgidos de antiguas estructuras del BCB liderados por “Mono Teto” y “Leo” están combatiendo contra hombres que operaban bajo el mando de “Jorge 40” por el control de rutas de droga en el Cesar y la Guajira. Entrevista de Crisis Group, Bogotá, 7 de marzo de 2007.


[34]. El 4 de abril de 2006, Álvaro Uriana fue torturado y asesinado en Poropo (municipio de Uribia); el 18 de febrero de 2007, Gregorio Solano fue sacado del resguardo Wayúu Mayabagloma y asesinado; el 3 de marzo de 2007, los hermanos Joel y Daniel Paz González fueron asesinados en el distrito de Paraguachón (municipio de Maicao); el 14 de marzo de 2007, Osiris Amaya, una maestra del resguardo indígena Wayúu de El Cerro (municipio de Hatonuevo), fue asesinada. Comunicación por correo electrónico con Crisis Group, 12 de abril de 2007.


[35]. Entrevistas de Crisis Group, Riohacha, 13-14 de marzo de 2007.


[36]. El Frente 41 de las FARC utiliza territorio venezolano para sus operaciones en la Serranía de Perijá, movilizando cerca de 700 hombres. Entrevista de Crisis Group, Riohacha, 14 de marzo de 2007.


[37]. Antes de la desmovilización del BN, el ejército estableció un campo de entrenamiento avanzado y un batallón de alta montaña en lo alto de la Sierra Nevada. Entrevistas de Crisis Group, Bogotá, Santa Marta, Riohacha, 13 de febrero y 11-12 y 14 de marzo de 2007.


[38]. Entrevista de Crisis Group, Santa Marta, 12 de marzo de 2007.


[39]. En Mingueo (municipio de Dibulla), los pobladores pertenecientes a las etnias Wiwa, Kogi y Wayúu han denunciado la presencia de todos los actores armados en sus territorios; los Wayúu del municipio de San Juan del Cesar fueron expulsados; hace poco, un Mamo (hombre sabio) y el Wayúu Alejandro Urariyu fueron asesinados por la guerrilla; la etnia Chimila en San Ángel (Magdalena) está siendo rotulada como colaboradora de los paramilitares; según se afirma, las FARC aumentaron las extorsiones a los campesinos. Entrevistas de Crisis Group, Santa Marta, Riohacha, 12-14 de marzo de 2007. El pueblo Wiwa de las faldas orientales de la Sierra Nevada ha sido presionado por las FARC para que les den refugio y comida, y los militares lo estigmatizan como colaborador de la guerrilla. Documentos obtenidos durante una entrevista de Crisis Group, Riohacha, 13 de marzo de 2007.


[40]. Entrevistas de Crisis Group, Itagüí, 30 de marzo de 2007.


Tomado de: http://www.crisisgroup.org/home/index.cfm?id=4824&l=4

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